La historia suena a guion de serie, pero está pasando en la vida real.
Un tribunal de San Salvador ordenó captura internacional contra cinco personas señaladas de integrar una red que, según la investigación, habría tejido un fraude millonario en el mundo de las telecomunicaciones.
Tres de los acusados son estadounidenses: Ryan David Lepene, E. Howard Mandel y John Joseph Ranieri. Los otros dos son guatemaltecos, padre e hijo: Jorge Leonel Gaitán y Jorge Alberto Gaitán.
¿Qué hicieron?
De acuerdo con la Fiscalía, la estrategia era simple en papel, pero devastadora en la práctica: boicotear a la empresa Continental Towers desde adentro, hacer que perdiera valor y luego forzar una venta en condiciones favorables.
Los Gaitán, que ocupaban cargos ejecutivos, habrían jugado el rol de “caballo de Troya” dentro de la compañía. Al mismo tiempo, los directivos estadounidenses, vinculados a TPG Pepertree, movían las piezas para que todo saliera según lo planeado.
El costo humano
No solo se trató de dinero. El juez asegura que hubo amenazas directas contra la abogada Antonieta Granillo de Galindo y el empresario Jorge Hernández Ortiz. Ambos recibieron presiones constantes para ceder a favor de los acusados.
¿Dónde están ahora?
Los dos guatemaltecos ya están presos en su país por otro caso y El Salvador busca su extradición.
Los tres estadounidenses siguen prófugos. Para ellos, la justicia salvadoreña ya pidió a INTERPOL una difusión roja, la alerta internacional que permite detenerlos en cualquier país miembro.
Lo que viene
Si las capturas se hacen efectivas, el caso se convertirá en un ejemplo claro de cómo las disputas corporativas pueden terminar en juicios de crimen organizado que trascienden fronteras.


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