El Banco Mundial (BM) prevé que, durante el 2023, la economía salvadoreña crezca un 2 %. Esta previsión está arriba de la que han presentado organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), que han calculado un 1.7 % y un 1.6 %, respectivamente.
La semana pasada, el Banco Central de Reserva (BCR), por medio de su presidente, Douglas Rodríguez, colocó el rango de crecimiento para este año entre un 2 % y un 3 %. La estimación se basa en factores internos, según dijo, como una “mejora en la seguridad, más turismo e inversión”.
Empero, a nivel internacional el panorama no es nada alentador. El Banco Mundial advirtió ayer que si este año se producen más choques el mundo puede enfrentar una recesión.
“Dependemos mucho de ellos (Estados Unidos). Nuestras exportaciones, más del 40 % van a ese mercado, si ese mercado se deprime al final nos viene a afectar”.
Agustín Martínez, presidente de la ANEP.
“Dada la frágil situación económica, cualquier nuevo acontecimiento adverso —como una inflación más alta que la prevista, aumentos abruptos de las tasas de interés para contenerla, el resurgimiento de la pandemia de covid 19 o la intensificación de las tensiones geopolíticas— podría empujar a la economía mundial a la recesión”, apuntó el organismo en la última edición del informe Perspectivas Económicas Mundiales.
De ocurrir esto, sería la primera vez en más de 80 años que se producen dos recesiones mundiales en la misma década, comentó el Banco Mundial.
En el documento, el organismo subrayó que el crecimiento mundial se está desacelerando debido a la alta inflación, el aumento de las tasas de interés, la reducción de las inversiones y las perturbaciones causadas por la invasión de Rusia a Ucrania.
“Los países emergentes y en desarrollo se enfrentan a un período de varios años de crecimiento lento impulsado por una pesada carga de la deuda y escasas inversiones; al mismo tiempo, el capital mundial es absorbido por las economías avanzadas que enfrentan niveles de deuda pública extremadamente altos y tasas de interés crecientes”, planteó el David Malpass, presidente del Grupo Banco Mundial.
El organismo prevé que el crecimiento de las economías avanzadas se desacelerará del 2.5 % en 2022 al 0.5 % en 2023.
“En las últimas dos décadas, las desaceleraciones de esta magnitud han sido la antesala de una recesión mundial”, señaló el BM, y dijo que en Estados Unidos, el crecimiento económico caerá al 0.5 % en 2023, 1.9 puntos porcentuales por debajo de los pronósticos anteriores y el desempeño más deficiente fuera de las recesiones oficiales desde 1970.
Lo que ocurra con la economía estadounidense es de mucho interés para El Salvador, ya que el país norteamericano es su principal socio comercial; y desde ahí recibe más de $6,000 millones de remesas cada año.
“Dependemos mucho de ellos (Estados Unidos). Nuestras exportaciones, más del 40 % van a ese mercado, si ese mercado se deprime al final nos viene a afectar. De hecho, al final del año vimos crecimiento de las exportaciones, pero en términos relativos, menores crecimientos. Lo mismo ha pasado en los últimos meses con las remesas, ha habido una disminución relativa mayor que la que ha habido en otros años”, comentó el presidente de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), Agustín Martínez.
Las exportaciones salvadoreñas cayeron $20 millones en noviembre. Ese mes, las ventas de mercancías del país se situaron en $546.4 millones.
“Este es un año que va a probar la resiliencia de los empresarios y los salvadoreños en general. Empieza con incertidumbre”, dijo en televisión Leonor Selva, directora ejecutiva de la ANEP.
Si el crecimiento de Estados Unidos es bajo, “tenemos que ver cómo volvernos más competitivos”, expresó Selva, quien también anotó que la inflación en Estados Unidos se podría estabilizar hasta finales de este año, lo que dejaría menos ingresos a los salvadoreños que viven en ese país, con la posibilidad de enviar menos remesas.
Crecimiento en C.A.
Por otra parte, el Banco Mundial proyecta para Centroamérica un crecimiento moderado, pasando del 4.4 % en 2022 al 3.2 % en 2023 y 3.5 % en 2024.
“Un crecimiento a corto plazo más débil en los Estados Unidos pesará sobre remesas, exportaciones e inversión extranjera directa. La inflación alcanzó máximos históricos en la subregión en el 2022, pero se espera que disminuya”, apuntó el organismo.
“Los países emergentes y en desarrollo se enfrentan a un período de varios años de crecimiento lento”.
David Malpass, presidente del BM.
“Esto refleja la evolución de los precios de las materias primas, así como endurecimiento monetario (que en Panamá y El Salvador es una consecuencia de la dolarización total)”, dijo el BM.
En El Salvador, la variación anual del IPC fue del 7.3 % con respecto al 2021. Esta cifra es la más alta desde 1996, según cifras oficiales.
Un crecimiento más modesto implica “un progreso lento en la reducción de la pobreza, especialmente en Honduras y Nicaragua, los países más pobres de la subregión”, según el organismo.
“Con un 4.5 % anual en 2023 y 2024, se espera que Panamá sea la economía de más rápido crecimiento de la subregión, respaldada por la minería y la inversión pública”, concluye el informe.